Esta receta es típica en Alemania, y como ocurre siempre con todos los plátos típicos en cada casa se prepara de una manera. Ya hacía tiempo que tenía ganas de preparar este pastel y ese día ha llegado, ahora que he estado leyendo algo de una amiga alemana, me he acordado.
El comentario que me dieron mis "catadores oficiales" fue: "Uff, esto es muy vicioso, si pudiese me lo comía de un atracón", je je je, pero mejor es no pasarse!!!
Ingredientes para la masa:
200 gr. de harina
½ vaso de agua
un chorro de aceite de oliva
una pizca de sal
Ingredientes relleno:
3 cebollas
un chorro de aceite de oliva
200 ml. de leche
2 huevos
pimienta, cominos
100 gr. de queso rallado
Preparación:
Poner la harina en un bol y hacer un hueco. Echar la sal y el agua junto con el aceite. Amasar todo y dejar enfriar en la nevera 1 hora.
Entre tanto limpiamos la cebolla y la cortamos en rodajas finas. Pochamos la cebolla en un poco de aceite. Retiramos y reservamos.
Ponemos en un molde bajo papel de hornear. Estiramos la masa sobre el molde. Pinchamos la masa con un tenedor. Echamos la cebolla por encima.
Batimos los huevos y la leche junto con las especias y lo vertemos sobre la cebolla. Esparcimos el queso por encima. Lo metemos en el horno precalentado a 200 ºC unos 40 minutos.
Servimos caliente.
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Se puede sustituir la masa por masa quebrada.
Para evitar el uso de más grasas en esta receta he utilizado el papel de hornear. En caso de no tener, para que no se pegue la masa, untamos un molde bajo con una pizca de aceite y espolvoreamos una pizca de harina.
La receta original lleva nata en lugar de leche, pero yo he preferido utilizar la leche para evitar un aporte excesivo de grasa.
El queso que he utilizado es un queso gallego ahumado, queso de San Simón, conocido porque se trata de un queso ahumado con madera de abedul, y así he podido aportar este toque al plato. Este queso tiene un tiempo mínimo de maduración de 45 días. Teneis que probarlo, está muy rico.
